Nuestra concepción de lo que significa ser humano podría cambiar para siempre gracias a estos experimentos
¿Imaginas llegar a ver el desarrollo de fetos en úteros completamente artificiales, en entornos situados fuera del cuerpo humano? La posibilidad ha sido explotada por numerosas obras de ciencia ficción, desde Un mundo feliz a Matrix , pero por primera vez en la Historia, estamos a un paso de hacerlo realidad.
Un equipo de investigadores de varias instituciones científicas de Europa y EEUU ha logrado hacer crecer embriones humanos dentro de una placa de Petri, durante nada más ni nada menos que dos semanas.
Al cumplirse los 14 días, los investigadores han tenido que interrumpir el experimento para cumplir con el acuerdo internacional que fija ahí el límite para los experimentos con embriones, por razones éticas. La cuestión es que los mismos investigadores, estaban convencidos de que, si no llegan a interrumpir el experimento, el embrión habría llegado a niveles de desarrollo mucho más altos.
En un reciente experimento científico, se ha logrado hacer crecer embriones humanos dentro de una placa de Petri durante 14 días
El experimento estaba dirigido a investigar una de las fases menos conocidas de la vida, que son los cambios que sufre el embrión a partir de los siete primeros días de gestación, momento en el que se suele implantar en el útero de la mujer, y hasta los 14 días, cuando se convierte en una «bola» de celulas autoorganizadas destinadas a convertirse en un bebé.
Es en esta fase cuando los problemas del embarazo o los trastornos de desarrollo pueden ocurrir, pero es demasiado pronto para verlos en una ecografía. Por ello, los científicos buscaban estudiar esos primeros estadios de desarrollo en una placa de laboratorio.
Con gran sorpresa, los investigadores descubrieron que el embrión era capaz de dirigir su propio desarrollo incluso después de haber superado el tiempo en el que debería haber sido implantado en un útero materno.
«Permitimos a los embriones desarrollarse por sí mismos, sin ninguna interacción con tejido materno», ha recalcado Marta N. Shahbazi, estudiante postdoctoral de la Universidad de Cambridge y coautora de la investigación, en declaraciones a Motherboard.
«Estudios previos han intentado cultivar embriones humanos con un éxito limitado. Basándonos en nuestro conocimiento del desarrollo de embriones de ratón, razonamos que los embriones humanos también podrían tener la capacidad de auto-organizarse… de generar estructuras específicas sin ninguna necesidad de un input materno externo. Al hacer esto, descubrimos las notables propiedades de auto-organización de los embriones humanos», declara Shahbazi.
El estudio demuestra que un día, en unas condiciones adecuadas, la ciencia podría crear un ser humano que consiga nacer en un ambiente completamente artificial.
Normalmente, en el séptimo día de desarrollo, el embrión fecundado ‘in vitro’ se suele implantar en el útero de la mujer. Esta vez el experimento se ha desarrollado sin ninguna interacción con tejido interno
«Una cuestión crucial para nosotros hoy es, ¿tenemos una justificación ética o científica para cambiar la regla de los 14 días?», plantea Shahbazi en el art¡iculo que da cuenta de su investigación en la revista Nature. Según la autora, la regla de 14 días es completamente inútil en la era en la que los embriones pueden crecer artificialmente más allá de ese plazo.
Pero las implicaciones morales son tremendamente evidentes. Un desarrollo fetal totalmente artificial, hasta el mismo momento del «parto», cambiaría por completo el concepto de maternidad y nuestra condición de mamíferos e incluso de humanos.
Las implicaciones morales son evidentes. Un desarrollo artificial cambiaría por completo el concepto de maternidad y nuestra condición de mamíferos e incluso de humanos
Por otro lado, si logramos crear embriones humanos en ambientes artificiales, si logramos que esos embriones lleguen a nacer de un útero simulado, más allá de las implicaciones éticas, la técnica podría ser usada por empresas privadas o por regímenes totalitarios con muy oscuras intenciones.
Y entonces, el mundo feliz que planteaba Huxley, sí que podría dejar de ser una simple distopía.
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