«Tal vez no tenemos el poder de crear inmediatamente el mundo que queremos, pero podemos comenzar a trabajar en el largo plazo. En tiempos como estos, la cosa más importante que Facebook puede hacer es desarrollar infraestructura para darle a la gente el poder de construir una comunidad global que funcione para todos».
Zuckerberg se plantea cinco principales puntos que dan una idea de lo que vendrá en los años futuros dentro de la red social que reúne a 1.860 millones de personas cada mes.
Los amigos de mis amigos…
Zuckerberg pretende crear comunidades en Facebook que funcionen como apoyo para la red social. «De la misma manera que la conexión en línea entre amigos puede fortalecer su amistad, desarrollar esta infraestructura puede fortalecer a las comunidades», explica el fundador de Facebook en su publicación.
Una usuaria llamada Christina sufre una enfermedad rara llamada Epidermolysis Bullosa y gracias a un grupo en el que se encuentran 2.400 personas con el mismo diagnóstico, «Christina ha encontrado una forma de apoyo», ejemplifica Zuckerberg.
Más de mil millones de usuarios de Facebook forman parte activa en grupos, aunque la mayoría forman parte de los mismos por invitaciones de amigos. Uno de los retos de Zuckerberg es conseguir que estas personas logren unirse a otros grupos, los que llama el fundador «grupos de importancia», sin necesidad de ser enlazados a través de amigos o conocidos para fortalecer su «fábrica social».
Inteligencia artificial contra la radicalización
Ninguna nación puede salvarse sola. Este es el punto de partida en el segundo punto de la publicación de Zuckerberg, en la que expone que la necesidad de apoyo entre las naciones y sus habitantes. «Un conflicto en un país puede crear una crisis de refugiados entre continentes», expone.
En este contexto, Facebook puede ayudar a prevenir dolor o asistir durante una crisis gracias a su amplia red de comunicación, que logra conectar a los millones de usuarios de Facebook ante una emergencia: el objetivo principal de la función Safety Check.
Facebook también demostró que puede ayudar a un país después de un desastre natural, como fue el caso del terremoto en Nepal en 2015, para el que se recaudaron a través de Facebook 15 millones de dólares para la reconstrucción.
Además, la red social está trabajando en Inteligencia Artificial capaz de reconocer qué publicaciones en Facebook pueden tener como fin reclutar terroristas. La técnica todavía está siendo investigada, pero Zuckerberg explica que estas nuevas tecnologías pueden ayudar a crear una comunidad más segura evitando la radicalización.
No más noticias falsas ni polarización
En el punto de la desinformación, Zuckerberg trata los dos temas que han rodeado de polémica a la red social: las noticias falsas y las burbujas de información.
Al respecto, dice, los esfuerzos del equipo de Facebook se enfocarán cada vez menos en vetar la desinformación y más en añadir perspectivas e información con la ayuda de los verificadores de datos. Sin embargo, lo que más preocupa al fundador de Facebook es el sensacionalismo y la polarización presente en los medios de comunicación y en los hábitos de consumo de la información, que hacen que perdamos «el entendimiento común».
«Investigaciones sugieren que la mejor solución para mejorar las discusiones es conocernos el uno al otro como personas, en lugar de sólo conocer nuestras opiniones», sugiere Zuckerberg, y añade que la teoría anterior podría dar pie a crear grupos cada vez más focalizados en intereses comunes.
El multimillonario no quita el dedo del renglón: «Conectar a todos a Internet es necesario para construir una comunidad informada», dice haciendo referencia a uno de sus más polémicos proyectos, Free Basics.
Ciudadano Facebook
En el manifiesto, Zuckerberg reconoce que Facebook debe ayudar a los ciudadanos a comprometerse con los procesos cívicos existentes, como participar en las elecciones, estar comunicado con los representantes, organizarse y alzar la voz ante las injusticias. Sin embargo, también apoya nuevos procesos cívicos para el siglo XXI.
«Lo segundo es establecer un nuevo proceso para los ciudadanos del mundo, para que puedan participar en las decisiones colectivas. Nuestro mundo está más conectado que nunca y nos enfrentamos a problemas que superan a las naciones. Como la comunidad global más grande, Facebook puede explorar ejemplos de cómo la gobernanza comunitaria puede funcionar a escala.»
En el mundo de la política existente, Mark Zuckerberg quiere insistir en comunicar a los gobernados con sus gobernantes siguiendo el ejemplo de Islandia donde «es común etiquetar a los políticos en discusiones de grupo para que ellos lleven los asuntos de la comunidad al Parlamento».
La censura, en manos de los usuarios
El último punto de la publicación de Zuckerberg retrata la complejidad de la eliminación de cierto contenido en Facebook. El fundador admite que han cometido errores en el pasado, como borrar vídeos de represión policial dentro del movimiento Black Lives Matter o la eliminación de fotografías de la guerra en Vietnam.
Zuckerberg admite que los valores en cada país son diferentes, pero insta a la comunidad a aceptar más videos o contenido histórico aunque pueda ser de moral dudosa. «Facebook revisa mensualmente cien millones de piezas y, a pesar de que el 99% son aceptadas, siguen habiendo millones de errores. En todo sistema hay errores, pero espero que podamos hacerlo mejor».
Zuckerberg afirmó que están desarrollando un sistema en el que el usuario podrá determinar cuál es su grado de aceptación en temas como la desnudez o la violencia. De esta manera, el contenido podrá ser escogido por la red social a partir de los estándares de los usuarios.
Para finalizar, el fundador de Facebook terminó con una frase de Abraham Lincoln: «Los dogmas del pasado silencioso son inadecuados para el presente tempestuoso. La ocasión es una montaña de dificultades, y debemos crecer con la circunstancia».
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