En un panorama en el que una figura como Donald Trump se ha hecho con el gobierno de uno de los países más poderosos, Charlie Brooker es como una especie de profeta incuestionable. El creador de la magistral Black Mirror, una antología distópica de diferentes realidades, perturbadoras pero más que probables, ha dado en la diana de algunas inquietudes políticas y sociales de nuestra era, y en un género tan puntero como la ciencia ficción. En una entrevista al medio británico The Telegraph, en la que ha hablado de esas dotes visionarias (La hora de Waldo como premonición trumpista) en un momento tan convulso, también lo ha hecho de lo que más nos interesa, la cuarta temporada de su aclamada obra. La serie se encuentra en la producción de los próximos seis episodios, que verán la luz en Netflix más pronto que tarde.
Uno de los aspectos que ha aclarado Brooker es que las nuevas entregas continuarán con su espíritu de homenaje a un género determinado en cada capítulo, algo que ha abordado en todas las temporadas, también en las dos primeras, emitidas en Channel 4. Si recordamos, Caída en picado (3×01) era una especie de abordaje cómico-romántico, Partida (3×02) era un acercamiento al horror, el fenómeno de San Junipero (3×03) era una distopía al uso (aunque muy sorprendente), Odio nacional (3×06) era un thriller… “Cuando hicimos las temporadas anteriores, nos dimos cuenta de que cada capítulo era un género diferente, y eso es también lo que buscamos en la primera entrega para Netflix. Queremos diversos tonos y acabados”.
“Tenemos uno que es abiertamente cómico, mucho más de lo que hemos hecho antes; tiene algunos elementos cómicos muy mainstream, pero también otros realmente desagradables. Hay otro que tiene un tono de película indie, un drama indie sobre la relación entre una madre y una hija; el que estamos a punto de grabar será un thriller criminal, otro girará alrededor de una relación. El quinto y el sexto están todavía en el aire”. Estos son los datos sobre la cuarta temporada de Black Mirror que añadió Charlie Brooker en la entrevista, y también sabemos el lugar de localización de algunos de ellos, como el que están grabando ahora, en Islandia, y el que grabaron en Lanzarote, en la Playa Bermeja, en el Parque Natural de los Volcanes. No es la primera vez que los productores recurren a las Islas Canarias; algunas escenas de Odio nacional, de la última temporada, se rodaron en el municipio de Tejeda, en Gran Canaria.
Entre el resto de novedades, podemos destacar sobre todo la presencia de Jodie Foster en la próxima entrega de la serie, pero no será como actriz, sino como directora, su otra faceta y la más desconocida, del capítulo de tono indie. Charlie Brooker ha comentado a The Telegraph que recibió su fichaje con algo de temor, por contar con una figura de su talento, pero que el resultado ha merecido la pena. También tuvo bonitas palabras para San Junipero, el episodio más aclamado de la tercera temporada (y tal vez de toda la trayectoria de la ficción…). No ha mencionado si habrá una segunda parte, como se le preguntó al director Owen Harris en otra entrevista, pero lo más probable es que no: el listón está tan alto, y el resultado ha sido tan satisfactorio, que darle vueltas a esa historia sería todo un peligro.
Os quedaréis también vosotros con ganas de más San Junipero, ¿no? ¿Os gustó la tercera temporada de Black Mirror?
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