Richard Corben tiene una larga trayectoria a sus espaldas como dibujante underground, y es ese estilo transgresor, tan lleno de sombras e imágenes grotescas lo que le hace un dibujante perfecto para representar el mundo oculto que nos desvelaba H.P. Lovecraft a través de sus magníficos poemas y relatos cortos. Enmarcado bajo la serie “La Guarida del Horror”, Corben primero reinterpretó a Edgar Allan Poe y ahora se encarga de trabajar en solitario con el autor de Providence, y es esta miniserie la que Panini recopiló el pasado mes de diciembre.
Adaptando diversos cuentos y poemas, Corben capta a la perfección todo aquello por lo que ahora Lovecraft es considerado uno de los genios del terror, alejándose de las clásicas visiones de vampiros o zombies para lanzarnos de lleno a lo desconocido. Lovecraft creó mundos ocultos y dimensiones con unos seres horripilantes, y es justo esto lo que el guionista y dibujante se encarga de trasladar a las viñetas.
La adaptación de las obras es más libre en los poemas que en los cuentos debido a la brevedad de estos y a la libertad de interpretación propia que le ofrece a cada lector, en estos casos Corben crea toda una historia que se complementa perfectamente con los versos. Pero más allá de la ambigüedad de la lírica, las historias de Corben preservan en todo momento la intencionalidad original y nos trasladan a ese mundo de horrores cósmicos. Así pues en algunos casos mantiene el misterio mientras que en el otro se vuelve algo más explícito mostrando los desastres que les ocurren a los desgraciados personajes.Captura.JPG
Pero aparte de poemas también se incluyen un par de cuentos como “Dagon” o “La música de Erich Zann” cuya traslación a las viñetas es mucho más literal, debido a la naturaleza propia de la narración que ya relata claramente los hechos. Una de las características de Lovecraft es el uso de la primera persona para transmitir los hechos paranormales a través de un informe o una carta, para así conseguir un punto de vista cercano que permita amplificar la sensación de desasosiego o terror, entendiendo esto a la perfección, Corben se permite la libertad de, en algún caso concreto, cambiar este punto de vista. Este es el caso de “Arthur Jermyn”, donde se opta por guardar la sorpresa hasta las últimas viñetas a diferencia del texto original que ya anticipa una inquietante revelación desde el principio.
Este magnífico resultado no se podría haber conseguido sin un genial juego de sombras y unas viñetas que se encuentran diseñadas al milímetro para mostrar lo estricto y necesario sin recargarlas de información necesaria. El estilo de Corben es tosco en el buen sentido, se nota su herencia underground en el diseño de personajes, buscando una provocadora simbiosis entre la caricatura y el realismo más estricto, y en una serie que le permite dar forma a algunos de los horrores de Lovecraft ya se puede ver que eso es un gran cumplido.
Imagen de La Guarida del Horror: H.P. LovecraftComo puntos negativos cabe decir que el último número, “La Ventana” es el más flojo de todos debido a una traslación demasiado literal y a la falta de una atmósfera adecuada, se habría agradecido algo más de extensión y otra forma de encararlo. Además, pese a que la calidad del cómic es evidente peca un poco de lo mismo que ya se notó en el de Poe, no se acaba de disfrutar si no se tiene un mínimo de comprensión de la obra del autor original, aunque para evitar eso están los perfectos complementos de la edición de Panini.
Y es que esta edición es, directamente, genial. Con una cuidada introducción inicial y la inclusión de las portadas principales alternativas de los números originales, igual que en el de Edgar Allan Poe también se incluyen los poemas y los cuentos de Lovecraft al final de su respectiva adaptación, lo que permite no solo comparar el resultado sino que en este caso, a diferencia de con su otro acercamiento al terror bajo este sello (sin desmerecerlo, por supuesto), complementarlo para añadir más riqueza al ya de por sí espectacular universo que creó Lovecraft.
En conclusión, Corben da la talla y supera con creces el difícil reto de adaptar a H.P. Lovecraft. Unas historias que entienden a la perfección lo que pretendía el escritor Proviedence y las adaptan con mayor o menor libertad, pero siempre con grandes resultados.